martes, 1 de noviembre de 2011

un libro de pastor de moya - el humo de los espejos

Un libro de Pastor de Moya, poeta dominicano
 Alfabeto nocturno del humo y los espejos

Por Héctor Amarante

Los grandes pensamientos poéticos, las grandes metáforas, que le habrán deparado los espejos a la poesía sólo podrían ser catalogados y estudiados por seres poseídos por la divina locura, poseído por los dioses y las diosas de la misma poesía, quizás por Caliope o por Euterpe, sin embargo, en el universo de los mitos encerraríanse parte del significado profundo, cósmico, de los espejos. Al escribir la palabra espejo ya veo que hay alguien enfermo de una enfermedad muy especial. Este autor está enfermo de Borges. Y qué podríamos decir del humo. Bueno, acaso no es humo el cielo que nos han dicho que es cielo, pero que en verdad es puro mito. Pero acaso ese humo no es el mismo cielo, que es como decir el mismo tiempo que pasa. El tiempo es otro de los temas del síndrome de Borges.

la primera imagen rueda en el cristal
un búho resacado por la noche
denuncia el sacrificio de Narciso frente al río

Es extraordinariamente singular el que el primer poema de este libro-artista “la esfera” aluda al mito de Narciso, uno de los más conocidos y difundidos de la mitología griega. En esta narración, y al decir narración debo repetir, narración mítica, se encuentra una verdad simbólica pero cuyo fondo de concreción real es tan patético como filosófico. Resulta que siempre se ha creído que Narciso va a la fuente de agua a ver su rostro y con ello resaltar su vanidad de humano; no, cuando se acerca a la fuente de vida, él cae al fondo del lago, y muere por inmersión, pero muere buscando una cosa: la verdad absoluta del sentido ser, de su origen, de su presencia en este mundo, de su razón de existir, encontró su muerte precisamente por justificarse en su anhelo de conocerse.
La búsqueda de la verdad parece un imposible; eso, nos lo dice la sabiduría del mito, pero el hombre que ha inventado la mitología porque siempre está inconforme con la realidad, porque siempre está sediento de llegar más allá de los límites que imponen sus propias limitaciones siempre pretende parecerse a los dioses, y cuando el mito no le da las explicaciones que pido, entonces y sólo entonces acude a algo tan sagrado y tan profundo: la poesía, esa que es la esencia de toda filosofía posible y que hasta va más allá del mito.

Los poemas de El Humo de los Espejos, del poeta Pastor de Moya, dignifican a la rosa, a la sombra, a la mujer, al amor, a la vida, a las ostras, a los árboles, a la llovizna, al fuego, al silencio. Están estos poemas sostenidos entre la expresividad refinada de un ser sensible y la capacidad mediativa de ese mismo ser.
Hay en la estructura de estos poemas, y dentro de ella en la estructura de los versos un ritmo extraño, sobrecogedor, caracterizado por la violenta introducción de unos desacostumbrados usos verbales, y el uso de unos adjetivos, tan sabiamente, pero tan poéticamente elaborados que no queda más que exclamar que en estos poemas están presentes algunas imágenes –no lo vamos a caracterizar-, al estilo de cómo las utilizó Mieses Burgos, o Borges, imágenes desde donde se acude al ensueño, al delirio, pero sin despojo de la realidad.

qué noche tan mía laberinto, el espejo desnudo

En El Humo de los Espejos la circularidad de los temas es una constante, y cuando menos se piensa al lector avisado no le queda más que reciclarse en sus emociones despertadas al ver que la esfera es la circularidad de la locura que no es más que un mito, ya que la locura puede ser nuestro placer de humanos sorprendidos ante la marga naturaleza, en la que:
el hombre que es serpiente
el hombre que es serpiente
revuelca su rostro de queja en los cristales
congelando latidos en los lúdicos labios
de la nada

pero ¿qué es eso de “el hombre qué es serpiente”? Acaso no es la serpiente un símbolo de inmortalidad, ¿acaso no es esto un mito?, el ser humano en algunas cultura, como la egipcia, ha tenido como ser sagrado a la serpiente, esa que lo hace caer, a veces.
En este libro-artista hay un sentido señero de la caída, de la caída del ser como ángel ido del destino de su Hacedor divino. Por eso el ser es sólo pajas como formas y en ese poema titulado así Pajas como Formas, el poeta nos dirá:

quién más que yo podría empalagarse
con la forma de la segregación en el barro
El decir profundo de esta poesía sabia de Pastor De Moya consiste en determinar realidades tan trágicas como elementales, porque eso somos, el barro, eso somos, sólo formas:
2000 agujas no bastan para coserle
la corbata al espantapájaros
relleno de metálica sonrisa

El sacerdote de la poesía, entendida esta como un discurso de la comunicación de seres inconforme con la lógica del logos, es sencillamente algo para lo cual el ser humano está destinado, el ser humano no es sino un ente poético porque la naturaleza toda es poesía y la poesía existe en todo, en lo poético como en lo antipoético.

afuera del no ser están las cosas deformando
los objetos volátiles del cuerpo
pareceríamos como si los gatos no tuvieran
culpa de la noche
ni de los borrachos que imitaron
a Edipo en el instante último del mundo
afuera del no ser sólo está un transparente
humo borrando en un silencio
el yo la mierda los sentidos

Parecería que algunas palabras, algunos sustantivos no fueran poéticos y que en sus significados el poeta no estuviera expresando otras cosas diferentes a lo que señala esas palabras en el lenguaje ordinario, en el lenguaje secuencial y coloquial; en este poema titulado Luces, asistimos los lectores a un canto al universo, al cosmos de los conocimientos, esos objetos volátiles del cuerpo, que son capaces de ser borrados por un humo transparente -la muerte-quizás llevándose el yo, la mierda, los sentidos; de aquí es entonces, y sin que haya necesidad de explicar nada, que aquel sustantivo poco poético no sea sino una forma de expresar la rebeldía eterna del ángel que se siente caído. Luces, así titulado; una estructura mítica, es un poema profundo, y que tal vez quiera decir con Goethe, en el instante último de su existencia: luz, luz, más luz, pero tal vez es una oda terrible contra algo que no acepta disculpa ni da concesiones: la muerte. En el mito de Edipo, muere el padre, y queda
celebrado, en parte, el incesto, pero hay un principio universal: la sociedad debe sobrevivir, y la muerte juega su rito de paso.
Pero ese juego, ese rito, en esta poesía alcanza una muerte muy extraordinaria: la del Cristo.
En el poema titulado Axioma en Cruz, el mito de Pan, el mito de Cristo, el mito de Yama, ese Cristo presente en los Vedas “quien cuando se hablaba de Sánscrito más antiguo, y los dioses se comunicaban con los hombres en las relaciones más antiguas, descendió del cielo para hacerse el primer de los mortales”, ese mito repetimos aparece recogido en este poema y Pastor nos lo dice así:

pálido movimiento
33 ombligos pasan por la máquina del Cristo
condena de ahitadas ganas
donde han roído los años con sus clavos
lo que hay en el tiempo

Aunque ese tal Yama del libro de los Vedas no fuese un antecedente de Cristo su nombre podría ser relacionado con Apolo, con Zeus, con Prometeo, en fin, con los mitos de la genealogía, previo o continuo a la cual ha coexistido la definición de la condición humana en función del sacrificio sangriento, el hombre era bueno, santo, un dios, pero debió venir un hijo de Dios, o Dios mismos a convertirse en hombre para decirle que él se haya enfrentado a los dioses y entonces debe morir, debemos morir porque nos hemos hundidos en los males. En realidad este es el mito de las Razas, en donde se plasma la condición humana, cuya aspiración primera es ser feliz pero cuya felicidad parece un absurdo. Por eso, quizás, el poeta nos canta:

se está cayendo la locura de Pan
o el envoltorio calcinado
por tobillos
ahora quiero enterrar todo veneno
ponchar el botón
hastío de vida
en evidencia perfecta de la niebla

Desenredar la ilusión a los mitos podría ser tan elemental como complicado es el estudio de la mitología, sin embargo, en los poemas de Pastor-a veces- el mito es congénito a la construcción del poema. En un poema bellísimo, de una sapiencia poética excelsa, titulada: Ilusión Óptica, se nos canta a la noche sin aludirla, pero con una grandeza poética digna de que aclamemos a este poeta inevitable. Después de lanzar este verso:

mi mirada es oblicua
juguetea cuando menstrúa de negro
la tarde
Entonces nos dice esto:
al revés está la tierra
y el espacio
y los mares lloviznando en espuma
la tristeza

Qué lector aproximado a este poema no presiente el canto a la noche, pero también a los musicales ángeles borrachos de Franklin Mieses Burgos. Estamos ante un libro, El Humo de los Espejos, de
una poesía profunda, no tanto por su decir, sino por su belleza en la que la palabra ha desaparecido, con su fuera de pobres palabras, para tornarse en angélicas expresiones policrómicas de sentidos posibles e imposibles, sólo como de los Rimbaud, Borges, Mallarme, de los Baudelaire, o de los mismos Franklinmieses y por qué no de los mejores líricos nacionales y de Latinoamérica.
El Humo de los Espejos, a veces es la muerte, puede ser vida, el canto, el alma, la luz, el asombro, el amor, pero en definitiva es la matemática y la geometría de una presencia, propia de seres que han abandonado la normalidad vulgar de los hombres y ellos viven su propio mundo, sus propios universos, y desde ellos son entonces seres reales, pero muy especialmente, incomprendidos, a veces.
Me refiero al Poeta, al bardo que ya toma los espejos, o su humo, o el alfabeto que lo comprende a los dos por medio de algo que está inmerso en el misterio de la inteligencia y la sabiduría natural de los seres especiales: la anticipación, el tiempo, la dicha del canto sagrado, en fin, la poesía.

En El Humo de los Espejos asistimos a la recuperación del mito de los acontecimientos, de los asombros, de la condición de lo sagrado en la bifurcación de la lujuria, capaz de promover el fuego bajo la llovizna, capaz burlar al constructor, desconstruyéndolo, bajo el legado total de los cristales donde mueren o languidecen los sombreros profanadores de la lluvia o donde existe el cliché de la visión moderna del lodo de lo humano: asistimos, en El Humo de los Espejos los rituales de los rostros ciegos de hombres que están borrachos de dios; de hombres corriendo entre la sombra y la luz hacia la fuente del sueño, adonde beben la negación de las cosas y escriben su trágico poema horizontal; en El Humo de los Espejos vemos que los espejos sólo consumen el oficio de los espejos mientras pace la espera lánguida del deseo bajo las llamas vizcosas del amor.
En el Humo de los Espejos los hombres saborean el miedo que los gatos de la noche marearon en el sueño, sueño donde se oxida el sinsentido y no asiste la música celestial de una oda blanca a John Lennon en la que él canta a la pluvialidad de los dos; El Humo de los Espejos es un carnaval de prodigios, el poeta lo sabe porque fue quien escribió el Alfabeto nocturno del humo y los espejos para que el lector sepa de esta crónica final que él no escribió pero que fue escrita por los títulos de sus propios poemas.
_________________
New York, E.U.
Junio del 2001. Casa de La Cultura

martes, 11 de octubre de 2011




 

Manuel Mora Serrano:
Postumismo y Vedrinismo. Primeras Vanguardias Dominicanas.
Sobre la Primera Parte.


He leído la primera parte de tu libro con el detenimiento que provoca hacerlo desde sus primeras páginas.  Si las autoridades de educación estuvieran en algo con la formación humanista de los currículums y pensum de los estudiantes del bachillerato de nuestro país, ya ese libro tuyo, por lo que vislumbro en futuras sentadas, debiera estar en esos programas, claro que haciendo del mismo, en cuanto a su volumen, otros formatos de lecturas. Creo que lo mismo habríase de expresar de las escuelas de letras de nuestras universidades.
Considero que el éxito de un texto como este, al menos en lo que llevo de lectura, tiene su base fundamental en el inestimable precio de tus investigaciones que constituyen un ejemplo singular para nuestra crítica literaria. Por la mínima experiencia que tengo en esto de rebuscar en archivos, me conmueve sinceramente la labor hecha por ti, y por el esfuerzo conocido que eso conlleva.
Por otra parte, siempre me intereso esa figura tan especial de Ricardo Perez Alfonseca, pero como es sabido de tu parte, uno no siempre puede haberlo escudriñado todo y tus referencias sobre el mismo y su magnífico poema que siempre que he tenido oportunidad, leo con fruición, Oda de un yo, me han vuelto a conmocionar.
Aprovecho la ocasión para decirte que en la pagina 126 en el último párrafo, al referir las fechas de nacimientos y muertes de Fabio Fiallo, 1886–1942 y de Osvaldo Bazil, 1884=1946, tu no registra la del fallecimiento, tampoco la de nacimiento de Ricardo Pérez Alfonseca. Lo hiciste varias veces con otros autores.
Creo haberte enviado una vez un email en que te daba un detalle curioso de su fallecimiento, en Lima, Perú, un mes después de haber llegado nombrado Embajador, en los primeros días de diciembre de 1951, pero que fallece al final de ese mismo mes, creo el fecha 30, al parecer bruscamente, quizás por un infarto cardiaco. El procedía de Chile, adonde ocupaba el mismo cargo.
En mi libro sobre las relaciones bilaterales Perú–Republica Dominicana, editado y publicado en el 2007, creo, no lo recuerdo bien, haber registrado la ocurrencia de su muerte la que encontré en una nota diplomática durante la investigación. De esa nota tengo copia, aunque solo en mis papeles hoy quedados en Lima. Quise localizar notas periodísticas de ese fallecimiento, tanto en el diario El Comercio, como en otros diarios de Lima, e igualmente trate de ver si se produjo alguna acta de defunción con la causa de la muerte de este escritor, pero no pude localizar nada al respecto.
Entre paréntesis también te digo que Carlos Sánchez y Sánchez, quien fue Embajador dominicano en Perú, entre 1949 y 1951, fue un gran funcionario del régimen, y como es natural en una persona de temperamento, fiel, pero lo que  te quiero decir es que fue  muy sufrido, y atacado, pues en esos años algunos enemigos de Trujillo lo agredieron muy radicalmente, lanzando hasta bomba molotov en su residencia, y hasta la cancillería peruana de  entonces le hizo algunas humillaciones, eso lo relato en mi libro sobre las relaciones bilaterales entre los dos países.
 En otro aspecto, las citas recogidas de Pérez Alfonseca, de García Godoy y del venezolano Acevedo, entre otros, son sumamente oportunas y esclarecedoras. Tu texto de historia y reordenamiento de las apariciones vanguardistas en nuestro país son de sumo interés, tanto que desde ya tu libro debería merecer el reconocimiento de todos los interesados en estos temas, tanto de lectores como de las instituciones, tales las del ministerio de Cultura.
En relación a las precisiones que tú haces en torno a Rueda y Contín Aybar, y sus afirmaciones con respecto a Vigil Díaz, así como la justicia que hace precisando sobre los verdaderos pioneros de algunos eventos literarios en nuestro país, eso no tiene reparos porque   nada de lo investigado pudiste inventar. Los documentos tienen su verdad inconmovible. Tu libro como dices es UNA OLLA DE VERDADES.
 Ya era hora de esas precisiones y ojala que los jóvenes escritores que tengan ya un mínimo de conciencia y de vocación, empiecen a leer tu libro. Incluso hasta para algunos que como yo siempre quisimos meternos en los rincones máas profundos de nuestra historia literaria, y más hasta para los que hicimos carreras literarias universitarias, tu libro nos ilustra mucho.
Si mis circunstancias de salud, que no son tan buenas, me permiten, de ratos en ratos, seguiré leyendo tu texto, y advierto desde ya creo que seguirá  interesándome. H. Amarante

Manuel Mora Serrano
Postumismo y Vedrinismo. Primeras Vanguardias Dominicanas.
Sobre la Segunda Parte y Tercera Partes.
Los lugares  comunes, a veces, no deben ser tan comunes, y esto porque en la Segunda Parte de tu libro pone un feo gabán a por lo menos dos o tres intelectuales nuestros quienes abordaron el tema histórico de las innovaciones y vanguardias de las letras dominicanas. Ni para que citar en este comentario a esos escritores y analistas porque tu libro es tan esclarecedor que resultaría prolijo hacerlo. Sin embargo, no hay dudas, tras la lectura de tu texto, que algo se tejía en lontananza en la mentalidad de  estos intelectuales y críticos literarios, en contra de Moreno Jimenes. La condición humana: la sevicia, la inquina, el olvido intencionado, el desmedro de la honestidad, la habilidad ocultista, la marrullería, en fin, eso, la condición humana, a veces con sus cosas, con  sus espinillas, pues en el caso de la de Manuel Rueda, al parecer, como se ve en  tu libro, reaparece en Rueda desde las entrañas del gran autor de Yelidá. Casi igual podría aplicarse al noble de Rafael Augusto Zorrilla, cuando se deja influenciar de otros para el golpe de Estado contra Moreno. ¡Cosas veredes, MUDABLES!
Sin embargo, el destino o un raro hado de los misterios de CUANDO CORRAN LOS AÑOS, CUANDO MORENO JIMENES HAYA MUERTO, QUIEN SABE SI .DE HAMBRE; DESPUES DE VIVIR EN UNA MISERIA PERMANENTE; QUIZAS ALGUN CRITICO EXTRANJERO QUE FIJE LA VISTA EN NUESTRA LITERATURA, SE ENCUENGRE  CON ESTE POETA LLENO DE ORIGINALIDADES A QUIEN NO LE PUSIERON SUS CONTEMPORANEOS LA ATENCION QUE SE MERECE, Y LO DESCUBRA COMO UNO DE LOS MAS ADELANTADOS INNOVADORES la vida, han determinado que aquel CRÍTICO EXTRANJERO que debería aparecerle a Moreno Jimenes, de acuerdo al artículo de Napoleón Acevedo, citado en la página 332 de tu libro, no fuera tal, sino ese, tu libro, del cual eres el  autor que, ….Repito, por un hado misterioso pero no tanto en misterio, ese critico, o ensayista, o apasionado de la verdad literaria, ha sido tu a quien sabemos un enamorado de la existencia poética y de la obra de Moreno.
En verdad, como dijo Ricardo Palma, ¿o González Prada?,¡ los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra!, en esta parte de tu texto, tan exquisito en la documentación, tu rejuveneces la labor de la investigación critica– literaria nacional, estableciendo, firmemente, un antes y un después, otro oportuno lugar común, pero muy necesario, y aplicable, a tu libro. Creo que la especificidad didáctica de la Primera Parte, en esta Segunda, sin desaparecer le deja un tremendo espacio a la documentalidad o documentación, por lo que más bien iría, antes que a los estudiantes del bachillerato, a los iniciados en el interés por nuestra historia literaria y a los estudiantes avanzados de las escuelas de letras de nuestras universidades.
El paralelismo entre Vigil Díaz y Moreno Jimenes, realizado por ti con énfasis milimétrico, no tiene otro camino sino el de arribar a un conjunto de verdades, a la luz de los documentos que nos llevan a vislumbrar luz tras el laberinto de una serie de publicaciones de comentarios, de textos de poemas, y fragmentos de citas, que si  no fuera uno un apasionado, como lector, de estos temas resultaría tedioso entrarle a los poemas modernistas de Vigil, y a los comentarios hechos por algunos de sus defensores. Gracias a ti, por reorientar a alguien, ese alguien, quizás un futuro ensayista joven, o escritor de nuestro medio, de hoy o del futuro, que como dijo alguna vez Octavio Paz, (Alguien en alguna parte me lee) ese futuro alguien en alguna parte, o en algún tiempo, ponderara el encomiable contenido de tu libro.
Tu defiendes un sacerdocio: EL DE MORENO JIMENES QUE FUE LA POESÍA, y el sacerdocio de la poesía misma, pero mucho más que eso, establece un punto de partida para la fijación de nuevos conceptos históricos literarios que a partir de hoy, nada ni nadie podrá contradecir. Incluso da soberbios manotazos en la cara a aquellos que en algunas ocasión nos acercamos a algunos de estos libros de Vigil Díaz y Moreno Jimenes y por nuestra infantilidad literaria, y por el poco acopio de experiencia, por el poco tiempo disponible, entre otras cosas, no nos aposentamos en lecturas más profundas. Fue mi caso, cuando en los años de 1968, 69, 70, el empleado de la Biblioteca de la Universidad de Santo Domingo, nos privilegiaba dejándonos entrar a la Sala Dominicana, y sobre todo, a una sección adonde se encontraban algunos de estos textos que no eran ni mostrados ni prestados a otras personas, o a otros no iniciados, por temor a que se perdieran o los depredaran. Incluso, en los años en que tuve que perderme entre San Fco. de Macorís y Pimentel, procurándome la subsistencia para fomentar una familia, pude haber hecho mejores lecturas de esos textos, si hubiese sido el caso de quedarme en la capital y disponerme a escudriñar con fines de hacer comentarios como siempre quise, pero no fue posible. Ahora recuerdo que tuve como propiedad personal una edición de Promesa, y otra de Psalmos, que ahora es imposible recordar adonde compre o me regalaron. Creo, esencialmente, que mi infantilidad histórico literaria de entonces, tuvo mucho que ver con estas deficiencias, a pesar de que también tu podría recordar que en los días en que pergeñaba algunos comentarios recepcionistas a libros, la tónica de la realidad era la que tú conoces, la de una postcontienda armada y el posterior surgimiento de una Joven Poesía que ocupaba toda nuestra intención.
Como ves, esto último lo digo porque creo que esto que escribo no tiene fines de publicación, sino de reconocer tu libro, por lo que me extendí en el aspecto personal.
En cuanto al origen del Postumismo, cuando tú haces referencia a R A Zorrilla, y sus declaraciones en torno al movimiento, no queda otra cosa ya que volver al referente de la condición humana, con sus bajas y alzas, pero en la intención de nuestro común y ya desaparecido amigo Rueda, qepd, al hacer mención de los creadores del movimiento, en verdad, hubo una pieza floja, algo que no encaja dentro de la lógica con la que debió hacer estas declaraciones. Ando por las paginas 317 o 318, creo, pero no importa por cual ande yo, lo importante seria ver que la documentación levantada por ti en estas revistas tantas veces referidas de La Cuna de América y en otras revistas, desmienten y tumban columnas enraizadas en bases falsas.! Oh, la inventiva gratuita, oh, la mentira, que nunca en literatura, ni en su Historia, debieran ser! ¡Oh, el encubrimiento de la poética personal de Moreno, en aquellas entrevistas de 1921, revividas por tu libro, en las cuales dejo establecido su canon estético del Postumismo¡ Claro, que este canon se  complementa con las cartas y comentarios que recibieron los postumistas desde el exterior, en especial el de ex consul venezolano en Rep. Dom. Luis Yépez, ni que decir del poema de Moreno, el titulado Aspiración.


A esta altura de mi comentario sobre tu libro no deja de ser oportuno mencionar que la recopilación que haces de los documentos teóricos sobre el Postumismo, en especial de lo expresado por Rafael Américo Henríquez, Zorrila, Avelino y Carlos Sánchez y Sánchez, asi como del mismo Moreno, refrescan ejemplarmente para las nuevas generaciones el corpus teórico del movimiento, de la escuela postumista. Con la lectura de esos documentos, si se hace a conciencia, los lectores de hoy, y los del futuro, no tendrán ningún margen de duda en cuanto a que en la  República Dominicana, en esos años del siglo XIX, fue fundada una escuela literaria no solo novedosa, sino de rotura, de autentica vanguardia, y ello, mucho antes que en otros países de lengua española. Ya lo dijo Avelino: LA PRIMERA ESCUELA LITERARIA DE AMÉRICA EN AMÉRICA HA SIDO EL POSTUMISMO. (456)
En otro orden, aunque quizás no sea tu el primero que lo haga, la desmitificación del vedrinismo como creación de Vigil Díaz es una de las más altas cumbres de importancia de tu libro. Es Zacaris Espinal el fundador del Vedrinismo en 1926, como tu afirmas y demuestra, y quien define, ultrabrevemente el vedrinismo, VIVA EXPRESION DEL SUBCONSCIENTE. Es decir, marca camino PARALELO a Breton para su movimiento en Europa. El ruido del avión de Vedrines, y la aérea visión de su aparataje viajando por los cielos de la literatura dominicana, nos confundió  a muchos, tanto que recién en el siglo XXI venimos a despertar, afortunadamente para nosotros, pero muy lamentable para Zacarías, que en sus efluvios de morfina, en plena tumba de un silencio infinito, debió también lamentarse. En el párrafo final de la pagina 573 de tu libro, utilizando las siglas de un término científico, tu definitivamente, deja aclarado el entuerto: HE AQUÍ DESCIFRADO EL ADN DEL CUERPO VEDRINISTA: EL SEÑOR OTILIO VIGIL DÍAZ NO ES EL PADRE DE LA CRIATURA LLAMADA VEDRINISMO, NACIDA PARA LA HISTORIA LITERARIA EN 1926. POR EL CONTRARIO, EL SEÑOR MANUEL ZACARÍAS ESPINAL ES EL LEGÍTIMO PADRE LITERARIO DE LA CRIATURA LLAMADA VHEDIRNHISMO, VENDRINISMO O VEDRINISMO.
Si los directores de diarios leyeran, y si después de ello, tuvieran conciencia humanista y cultural, por lo menos una nota de primera página pudo haber publicado ya algunos de ellos, haciéndose eco de una noticia cultural de primer orden, pero que va, como dice el lugar común, no se puede pedir peras al olmo. Esto lo digo como si no lo hubieran; tal vez lo ha hecho alguno, pero lo dudo.
(Hago un paréntesis fuera de contexto para decirte que no pude contener una carcajada con el anuncio de Zorrila y sus locetas PARA UNA ARQUICTETURA postumistas. Aprovecho también para decirte que el gran intelectual peruano Raúl Haya de la Torre, posiblemente envió a Santo Domingo, con Magda Portal, una carta a Julio A. Cuello para que fundara en nuestro país una filial del APRA. Esa carta pude leerla en uno de los textos que pude leer de su obra completa, pues en verdad fue un gran intelectual como hago saber en mi libro Juan Bosch en Perú. La fecha de la carta de Haya fue de 1929. Otro detalle a decirte en estas notitas entre paréntesis es que ese indoamericanismo viene del mismo Haya de la Torre, que en esos años ya hablaba con ese término dentro de los postulados de su grandiosa aspiración social y política. Haya fue un héroe del partidismo con sus campañas y sus discursos,  recorrió a lomo de caballos, casi siempre, casi todo el Perú, uno de los países de geografías mas endiabladas del planeta tierra. Te digo, por otra parte, que en la página 765 de tu libro te refieres a Max H. Ureña, y el mes de su fallecimiento, pero no cita el año, que debió ser mucho después de 1966, pues lo conocí siendo mi profesor de lengua española en el CUEG, o centro universitario de estudio generales.  Así mismo te diré que revisando docenas y docenas de ediciones de El Comercio de Lima, y de otros diarios, de las las décadas de los sesenta y setenta, encontré varios artículos de Baeza Flores, entre ellos una extraordinaria entrevista a Juan Bosch, hecha, si mal no recuerdo, en Londres. Esta entrevista, cuando le envié el libro a Guillermo Piña Contreras, actual Embajador en B Aires, me dijo que la incluirá dentro de los textos que faltan de las obras completas de Bosch. La misa fue incluida en mi libro J. Bosch en Perú. Finalmente, si no yerro, creo que Serafín Delmar, aunque tú lo ubica mexicano, fue un poeta peruano, o bien, que alguien, poeta, en Peru lleva ese nombre, no es raro; viviendo yo en Paterson, NJ, vi una nota del director de la Biblioteca Antillense, buscado un titulo de un escritor dominicano llamado Héctor Amarante, que en 1852, publicó un relato, cuyo nombre no te doy porque está en los archivos de una PC que deje en Lima. En cuanto a Magda, una revolucionaria, una mujer de ruedos, y a la vez, con mucha conciencia política. Haya de la Torre la tuvo como una de las fundadoras de su agrupación; finalmente, tuve la  oportunidad de conocer al papa Francisco Ulises Domínguez, de los Rutinel,  de los muchados Domínguez, Ulises Rutinel y su otro hermano, ahora no recuerdo su nombre, don Francisco. No sé si estoy equivocado en este último detalle, lo que recuerdo, como miembro del Grupo La Isla, membresía que nunca se ha mencionado, o muy poco se ha mencionado, (Tony Raful lo hizo en Nueva York, en un acto público, ante mí) fui a su casa llevado por José Ulises, un miembro del grupo La Isla. Como nota final te digo que en los eventos y tertulios de mi promoción, pude conocer a Moreno, junto a Johnny Gómez y Mateo Morrison, así como junto a Rafael Abreu Mejía.  Perdona estos incidentales, pero tal vez me este desfogando de este cuadro que vivo con mi salud, que no es nada buena, pues los nódulos al hígado me atosigan ya con dolor, de cuando en vez).
Volviendo a entrar en tu texto, Postumismo y Vedrinismo, como libro, debió haber creado ya un escándalo literario, escándalo por la imprescindible carga de asertos y verdades incontrastables argumentadas y documentadas por tu investigación. Por lo menos debiera este libro conquistarse para ti el Gran Premio Nacional de la Literatura dominicana, el otorgado por Corripio a través del ministerio de Cultura. Si no fuera de ese modo, peor para aquellos que no lo tengan a bien, aunque sabemos que quienes otorgan este premio, ALGUNOS RECTORES, a veces, no conocen las obras que premian.
Héctor Amarante


Nota: De inmediato voy a subir a mis blogs: wwwtliterarioblogspot.com y a wwweldiaenfermablogspotcom.blogspot.com , estas simples notas, como una forma de darme aliento de publicar algo, ya que en el país, se esta publicando muy poco literatura ni comentarios de recepción de libros.

martes, 5 de julio de 2011

CUANDO CONOCI A LEONEL FERNANDEZ
Hector Amarante
Eran unos dias quizas de barbarie dominicana, esa que vivio el país después de la guerra de abril de 1965, o bien, quizás eran unos días de civilización al estilo quisqueyano, bajo un régimen que se instauro a partir de 1966. Lo de barbarie podría decirse por la sangre que de vez en cuando se derramaba, y no era sangre gratuita sino muy costosa, porque procedia de cueros jóvenes de una juventud dominicana de izquierda que entonces procuraba cobrarse la mesada con los militates y los policías del régimen y hasta con ellos mismos, matándose unos con otros. Lo de civilización quizás pueda decirse debido a que ya el régimen de entonces, el de un JOAQUIN BALAGUER , empezaba a darle cariz a la política de varilla y cemento, bajo un lema ejemplar: gobierno que trabaja país que progresa.
Era una tarde academica, si cabria el termino, pues en esos tiempos, la academia era lenta, y sino era de ese modo, por lo menos las aulas universitarias no estaban tan saturadas de alumnos, y los profesores eran verdaderos sabios, cada uno en su materia; los conocimientos todavía no estaban ni siquiera empapados de chercha, de merengues, ni de bullas, mucho menos de Black Berry, de celulares, y de conocimientos improvisados, al estilo de las que se iniciarían mucho tiempo después con la sapienseria de la monstruosa biblioteca infinita que se llama INTERNET.
El grupo, recuerdo, estaba compuesto por CESAR PINA TORIBIO, por JIMMY SIERRA, por LEONEL FERNANDEZ y por quien escribe, llamado Hector Amarante. Estabamos ubicados en la parte frontal del edificio Doctor DEFILLO, dedicado a los estudiantes de Derecho, y a los de Medicina, en una Universidad Autonoma de Santo Domingo que se había bautizado a una apertura post trujillato, bajo los escudos del denominado MOVIMIENTO RENOVADOR, a imagen y semejanza de la REFORMA llevada a cabo por la Universidad de Buenos Aires, en Argentina.
No estoy seguro, pero estoy mas que satisfecho de que quien me llevo al grupo fue JIMMY SIERRA, de quien yo era una suerte de mano derecha en la Seccion de Literatura del MOVIMIENTO CULTURAL UNIVERSITARIO, MCU, sección a la que el me generosamente me llevo para ponerme al frente de ella, cuando yo apenas escribia palotes literarios y no merecia ese cargo.
LEONEL FERNANDEZ, entonces era una sonrisa Y UN CUERPO DELGADO, rostro de dulce afabilidad, oyente silencioso, sereno, oia nuestras conversaciones, y nosotros, sin sospechar entonces el porvenir, nos concentrábamos en una realidad, la misma de treinta y pico de abriles después, la que tal vez, esa que hoy en el 2011, nos hace conscientes de que aquel joven,RECIN LLEGADO DE NUEVA YORK, apacible, estudioso, iria a ser el abogado, el político, el hombre de Estado, el escritor, el académico, el economista y presidente de un partido exitoso, ese que lo ha llevado a ser tres veces PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPUBLICA.
Bajo la sombra del edificio DOCTOR DEFILLO, con su plataforma frontal de piedras redondas, bajo la bandera de la Universidad, cuatro jóvenes, tres de ellos estudiantes de la Escuela de Derecho, sentiríamos transcurrir 1969, o 1970, 1971, 1972, etc, y mi timidez que era tan provinciana no alcanzaba a comprender la timidez metropolitana y neoyorquina de ese Leonel Fernandez quien nunca sospechaba el caudal de historia y de Historia que el tenia ya y que habría de hacerla eterna, mundial. Algunos 7 u 8 veranos después nos juntaríamos bajo el techo de la Academia La Trinitaria, de la calle Francisco Villaspesa, tratando de instruir en conocimientos escolares a algunos jóvenes aspirando a ser bachilleres de la republica. Gracias a Jimmy, a la Universidad, a la vida, por haberme dado la oportunidad de conocer a un joven, tan joven, a quien su carácter, su inteligencia, su condición humana, su dedicación y su vocación lo llevarían a ser uno de los dominicanos mas notables y mas trascedentes de la historia de esta nación que es Republica Dominicana.

domingo, 3 de julio de 2011


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cuando conoci a carlos andres perez

CUANDO CONOCI A CARLOS ANDRES PEREZ



¡Su final ha sido tan miserable, tan pobre, que simplemente deja una lección: las vanidades no siempre son alegres en los rediles FINALES de la feria de la vida!







En la ciudad venezolana de VALLE DE LA PASCUA, en el Estado GUARICO, a 500 kilometros de Caracas, la avenida principal, denominada LA ATARRAYA, hacia su extremo este, se extiende como si fuera el meandro de un gran rio, es decir, amplia su espacio.

Durante EL PROCESO PREelectoral para la presidencia en la que gano Jaime Lusinchi, en diciembre de 1983, en esa avenida, participo CARLOS ANDRES PEREZ en una gran manifestación de apoyo al candidato de Accion Democratica. PEREZ fue un consuetudinario líder de Accion Democratica desde muy joven, partido que lo llevo a varios cargos en el Congreso venezolano y en otras funciones de los gobiernos de Raul Leoni y de Romulo Betancourt.

CARLOS ANDRES ya había sido presidente en el lapso, 1974 1979 y su apoyo al candidato presidencial ERA NECESARIO, ya que EL, PEREZ, era un político a tiempo completo, quien en el periodo que le correspondio gobernar hizo un gobierno sumamente populista, aunque una vez fuera de la presidencia fue acusado de corrupcion.

Transcurria 1983 en una Venezuela en la cual habían cambiado las cosas EN RELACION A 1974, y la realidad social y económica de aquella Venezuela SAUDITA, cuando el petróleo fue producto de amplia acumulación de riqueza la que le permitio a CARLOS ANDRES PEREZ hacer un gobierno considerado bueno por sus partidarios, y sobretodo, repito, muy populista.

En AQUEL MITIN POLITICO DE Valle de la PASCUA, conoci DE VISTA al político y era para la época un hombre lleno de vitalidad a quien el pueblo denominaba EL CAMINANTE, por su gran capacidad de hacer política mano a mano y pie con pie con el pueblo que le era simpático al Partido Accion Democratica.

Su mas intimos y muchos opositores le llamaban EL GOCHO, pero no se el origen de ese alias.



La imagen que tuve de este presidente venezolano fue la de un ser sumamente practico, con un carisma propio de los lideres con capacidad de atraerse las masas. Tan objetivo como lo requeria su papel, a la vez tenia un gran sentido del humor, al menos a la hora de discursear ante un pueblo como son los guariqueños. CARLOS ANDRES PEREZ HABIA SIDO MINISTRO DEL INTERIOR CUANDO LAS GUERRILLAS VENEZOLAS ESTABAN EN SU APOGEO, A MEDIADOS DE LA DECADA DEL SESENTA.



Para 1983, cuando conoci a Perez, Venezuela, a pesar de ser una nación con enorme recursos naturales, y con su riqueza en oro negro, el petróleo, la población carecia de hospitales eficientes, asi como de otros servicios básicos para la subsistencia. Sin embargo el presidente que le siguió a Perez, Luis Herrera Campins, de Copey, asi como el presidente que le sucedió, Jaime Lusinchi, cumplieron unos gobiernos sumamente tradicionales, es decir, ES DECIR, NI BUENOS NI MALOS, Y QUIZAS HASTA DEFICIENTES POR LA FALTA DE DARLE participación a los pobres en el reparto de los bienes, mientras la población ya empezaba a complicarse y a vislumbrarse la desaparición de los partidos tradicionales, lo que ocurriría definitivamente, dando lugar a la aparición de un gobierno como el de CHAVEZ, y los sucesivos triunfos electorales del mismo. CHAVEZ, como se sabe, intento en dos ocasiones darle golpe de estado a Carlos Andres Perez, todo ello debido a la malísima situación económica en que se debatia el pueblo AL INICIO DE LA DECADA DE LOS 90.

En el fondo de la memoria recuerdo haber visto una vez mas A CARLOS ANDRES PEREZ en la ciudad de Charallave, CIUDAD DISTANTE 60 KLMS DE CARACAS, LO VI furtivamente, mientras se desmontaba de un vehiculo y yo pasaba en otro EN TANTO me dirigía a Caracas desde Valle de la Pascua, uno de los cinco estados llaneros de la tierra de Bolivar.

Recientemente he visto pormenores del debate entre los familiares por la inhumacion del cadáver, que no ha podido descansar definitivamente, ni en Miami ni en Venezuela. Sus familiares, los de su matrimonio primero, y los de la convivencia que tenia con quien fue su secretaria, entramados en un pleito judicial, no ha permitido que Perez , quien fallecio en el 2010, vuelva aunque sea difunto a su tierra natal. Fue un hombre, un político, con enorme poder, con gran fortuna en bienes materiales, sin embargo, su final ha sido tan miserable, tan pobre, que simplemente deja una lección: las vanidades no siempre son alegres en los rediles FINALES de la feria de la vida.

lunes, 20 de junio de 2011

la vida en ahora o nunca, novela de federico franco

La vida en Ahora o Nunca.
Por Hector Amarante

Lo novelesco en Ahora o Nunca, de Federico Franco, esta en la compostura de unos personajes que se aprecian circunstanciales en función de un conflicto que los une y a la vez los separa. Ellos entran en acciones, en diálogos, en realizaciones de eventos, en medio de un estado de conciencia donde las actitudes, parecen no ser tales, sino simples composturas, por eso de que la vida simplemente hay que vivirla.
Lo narrado localiza a un grupo muy particular de personajes que tienen su cultura: dominicanos en el Alto Manhattan, que si no fuera un tipo de cultura superespecial, mas que adquirida conformada en el calor de la inmediatez, la obra literaria no participara con su caudal de atractivo, dentro de un genero que es estructura, forma, categoría, cosa compleja.

El texto concentra particularidades literarias expresivas de las condiciones del novelista para mantener la atención del lector. Y esto, de mantener la atracción del soberano, no debe verse como un lugar común de la critica, pues nunca es simple para un narrador que no tenga condiciones como tal para que el lector siga el hilo sin querer dejar el libro.
El grupo de personajes de esta novela yugula al narrador ya que no se dejan dominar por quien escribe, el que tiene que seguirlos en cada una de sus composturas ante una realidad, si se quiere definir, simplemente domesticas en el sentido de que la casa o la oficina que los cubre y los envuelve les sirve para trazar senderos propios, mediante los cuales se desenvuelven de una manera tan practica como natural, y todo a partir de un evento: un fardo de dinero abandonado en el interior de un vehiculo y encontrado por la pareja de esposos que nutre lo narrado. No deja lugar a dudas que el grupo encierra una especificidad cultural de la cual, para caracterizarlos el novelista, ha tenido que contenerse, abstenerse, dejándolos a su voluntad y en su voluntad de seres desarraigados, desopilados, casi siempre pretendiendo el querer hacer una cosa en conflicto con el poder hacerla.
El sentido de lo unitario sobrepasa la unidad de lo escrito en tanto que en el transcurso de la obra no hay pausa, no hay abismos que separen una historia de otra: solo hay una historia: la de la expectativa de si el botin será reclamado, ello mantiene unido a los esposos, Arsenio y Mercedes, cuyo padre, don Pedro, constituyen los ejes centrales del narratorio en cuanto a personajes, personeros y actantes. Federico, como novelista, introduce, con cierto aire de ironia, a personajes de la vida real, como en el caso del ex alcalce de Nueva York, Guiulliani, asi como a personajes famosos en el entorno, como Ramon Bodden, la congresista boricua Nidia Velazquez, y hasta la ex embajadora Cristina Aguiar.
Al leer esta novela, el lector conocedor del contexto social, urbano, se identificara de inmediato con el autor, con la ciudad, con el distrito, es decir, con la vida común, cotidiana, del Alto Manhattan.
En el desarrollo de la trama, los argumentos se suceden siempre apegados al hilo central estructurado por clientes de una escuela para choferes junto al nucleo familiar. En los parlamentos hay veleidades, referentes de leyendas y mitos, rasgos e ideas cercanos a una suerte de filosofía de vida. La novela participa de lo domestico, de la vida urbana. Nueva York, como urbe, da para todo en cuanto al autor, pero no en cuanto a los personajes, quienes solo ven en el Alto Manhattan la superficial o la profunda dimensión de visiones localistas de la vida en familia en cuyos vientos huracanados de vida no falta, a veces el humor.
El autor refleja un mundo muy conocido: el de una comunidad trasplantada a un Manhattan despiadado para gente que llega procedentes de zonas rurales y barriadas de ciudades dominicanas, y entra en la velocidad de adaptacion a como de lugar a un mundo que supone puede adoptarse. Y se produce la adaptación sin que al frente, a los lados, detrás de ellos, los personajes principales, existan los otros. Valdria aclarar que en esta narración, los personajes están tan sumidos en si mismos que el entorno urbano, la civilización de una urbe como Nueva York, no existe; los seres de este mundo novelesco carecen de sentido para apreciar y es asi, porque sencillamente, representan a una categoría de dominicanos para quienes el Alto Manhattan, sus calles vecinas adonde perviven y subsisten, es todo Nueva York .
En el uso del dominio del idioma no hay grandes dificultades, mucho menos hay lucimiento de técnicas que en algunos casos enriquecen al genero. Federico Franco es novelista; lo es sin las grandes preocupaciones de transgredir la tradición, esa misma que es fuente, que es vuelo, que es joya de oro para el novelista pero a la vez permite que todo autor se sienta, si quiere y puede, sentirse desocupado, en cierto grado, de ella.

sábado, 18 de junio de 2011